En un mundo marcado por la incertidumbre y los conflictos, surge Erol Díaz, una voz que se levanta con un mensaje de paz y esperanza. Nacido en la República Dominicana, este cantautor, poeta y psicólogo docente intenta dejar una huella significativa en la música y la literatura.
Autodefinido como «El Cantor de la Paz«, sus canciones reflejan su compromiso con el bienestar social y la promoción de la paz. Por esta razón, recientemente, fue el único cantautor latinoamericano invitado a interpretar su composición «El padre nuestro, hoy» en las Naciones Unidas, en el marco del XXVI Congreso Hispanoamericano de Prensa.
Así lo reveló en entrevista con Diario Libre, dondehabló de su arte y su visión como artista, además de su conexión con la música y cómo esta ha sido parte de estilo de vida.
Y es que, para este cantautor, la música es más que una carrera; es una herencia. «La música llegó a mi vida en mi niñez, a través del canto de mi madre y sus gustos por las bellas letras de la época de oro de la balada romántica», comparte con nostalgia.
Esta conexión temprana le permitió descubrir un «universo audible» donde la imaginación y las emociones fluyen libremente.
Un reconocimiento que impulsa la responsabilidad
Recientemente, fue reconocido por el Congreso de los Estados Unidos y la Sala Capitular de la ciudad de Nueva York como «Personalidad Ilustre y Ciudadano Ejemplar», un honor que toma con gran seriedad.
«Que un cantautor dominicano sea elegido y publicado en el exterior como ‘El Cantor de la Paz‘ establece un hito importante para nuestra Marca País», explica. Este reconocimiento no solo destaca su talento, sino que también resalta su compromiso con la promoción de la paz en un mundo lleno de conflictos.
Al reflexionar sobre la música en tiempos de crisis, señala: «La música y todas las artes tienen el poder y el deber de transmitir valores e inspirar los corazones».
Para él, es fundamental que las generaciones futuras vivan en un mundo donde la paz y la naturaleza sean prioridades. «Debemos construir un mundo más compatible con la vida, donde nuestros niños puedan vivir plena y sanamente», enfatiza.
Mensaje de esperanza y conciencia
¿Qué busca transmitir con su música? Él lo tiene claro: «Al conjugar buena letra y buena música, podemos elevar la conciencia y el espíritu, transformando nuestras sociedades».
Esta idea se traduce en sus composiciones, como «Mi propia reforma» y «El padre nuestro, hoy», que han sido reconocidas internacionalmente por su impacto social y su mensaje de paz.
Ambas canciones, escritas hace más de una década, han sido recuperadas y cantadas en foros como la ONU, reafirmando su relevancia y poder.
En cuanto a la música contemporánea, expresa su preocupación por la calidad en la creación musical. «El afán por el éxito inmediato ha llevado a muchos a saltarse el mínimo de calidad«, comenta. Sin embargo, mantiene su enfoque en la perdurabilidad de su trabajo, señala, confiando en que la buena música siempre encontrará su lugar..
«No escribo pensando en lo inmediato, sino en su permanencia en el tiempo», añade.
Actualmente, está trabajando en su nuevo álbum «Identidad«, un homenaje a la cultura dominicana. Este proyecto refleja su deseo de esparcir la riqueza cultural de su país por el mundo, con un enfoque especial en Nueva York, donde reside. Con composiciones que honran sus raíces, busca seguir inspirando a través de su arte.
Un poco más
- La historia de este cantautor dominicano es un poderoso recordatorio de que la música puede ser una herramienta de cambio y un faro de esperanza en tiempos difíciles.
- A través de sus letras y melodías, se esfuerza por promover la paz y la conciencia social, dejando un legado que resuena en cada rincón del mundo. Su camino es un testimonio del impacto que un artista puede tener en la sociedad, y su mensaje sigue siendo más relevante que nunca.
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